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Estudio Independiente
Presentación
Actualmente, en la formulación de nuevas concepciones del aprendizaje y los modelos de enseñanza derivados de ellas, se reconoce el papel activo del estudiante en la construcción del conocimiento, destacando con ello la importancia que tiene la toma de conciencia sobre su responsabilidad en el estudio. Es sobre todo en la educación abierta y a distancia donde lo anterior se convierte en un imperativo: a menos que el estudiante participe activamente en la adquisición de sus propios conocimientos, la modalidad educativa, como formadora del estudiante, finalmente carece de sentido.
Sin embargo, la necesidad de que el estudiante participe de una manera responsable en sus aprendizajes tiene raíces en una problemática educativa más amplia. Los mismos docentes enfrentan una dificultad creciente para manejar el cúmulo de conocimientos e información actualizada que se acumula inexorablemente, y se encuentran atrapados ante el imperativo de formar generaciones de estudiantes que puedan responder a las condiciones sociales cambiantes. El problema de los contenidos a enseñar en los tiempos actuales en los que la información se encuentra sistematizada y fácilmente asequible, llevando a replantear algunos objetivos y metas de la educación, sobre todo en lo concerniente a los criterios, procedimientos y medios para la transmisión y el aprendizaje de esos contenidos.
El principio desarrollista del aprendizaje según el cual el individuo construye su propio conocimiento, tiene sus repercusiones fácilmente identificables en la enseñanza, puesto que el aprendizaje significativo tiene lugar cuando el sujeto incorpora, asimila o construye el conocimiento nuevo, organizándolo en los esquemas de conocimiento previo. El sujeto cognoscente puede organizar psicológicamente la información e incorporarla a su esquema de conocimiento cuando la presentación de esa información para su aprendizaje sigue un patrón lógico y sistemático. Algunos consideran que tal debiera ser la función de la enseñanza y es el sentido de determinadas propuestas generadas desde diversas propuestas de vanguardia dentro de la didáctica.
Actualmente, los profesionales de la educación han empezado a tomar en cuenta la necesidad de apoyar al estudiante con una multiplicidad de apoyos didácticos para la apropiación de los contenidos académicos (actividades de aprendizaje, ejercicios de aplicación, preguntas de reflexión, retroalimentación de los aprendizajes y evaluación, entre otros). La secuenciación, jerarquización, esquematización de los contenidos, el mapeo conceptual, las redes semánticas, la enseñanza de conceptos y procedimientos, en fin, los diferentes apoyos recogidos en propuestas curriculares, planes didácticos y materiales educativos están dirigidos a tratar de lograr esa correspondencia entre lo que se enseña y lo que se aprende.
Dentro de una perspectiva de tecnología educativa, éstos resultan ser esfuerzos valiosos para hacer cada vez más eficientes las formas de aprender los contenidos curriculares, a través de su presentación y enseñanza. Pero si pensamos en que el aprendiz se aproxima al conocimiento de una manera particular e idiosincrática, la eficiencia en el aprendizaje depende también de la disposición y entrenamiento del propio sujeto en las formas estratégicas y particulares de aprender. Es decir, la tecnología del aprendizaje toma en cuenta tanto las estrategias didácticas como las de aprendizaje para apoyar al sujeto que busca conocer. Esto no es algo nuevo en la tecnología educativa, que contempla el proceso integral de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, la confluencia de estrategias provenientes de quien enseña y de quien aprende resulta de una importancia capital en el estudio independiente, sobre todo cuando consideramos la posibilidad de ubicar en ambos roles a la misma persona, con el apoyo de medios didácticos.
En este punto, resulta necesario preguntarnos: ¿Qué es el estudio independiente? A riesgo de simplificar su significado, podemos argumentar que el estudio independiente es un proceso de formación gradual de los estudiantes, que se caracteriza por el establecimiento de metas y objetivos educativos personales, basados en el reconocimiento de las propias posibilidades, y apoyado en un sistema motivacional que responde a necesidades y expectativas propias según el contexto grupal y social en que el individuo se desarrolla.
Se desprende de lo anterior que la caracterización del estudio independiente necesariamente debe comprender tanto aspectos del contexto social como los propios del individuo, aunque la relevancia que adquieren estos últimos se hace evidente cuando pretendemos que el estudiante desarrolle procesos motivacionales, habilidades para el estudio y el establecimiento de metas propias que implican un reconocimiento de la responsabilidad en el propio aprendizaje.
Esta manera de concebir al estudio independiente fue el resultado de investigaciones realizadas en el ILCE, que culminaron con el diseño del Taller de Estudio Independiente, dirigido a jóvenes estudiantes, sobre todo de las modalidades abierta y a distancia.
Las mismas inquietudes derivadas de nuestras investigaciones propiciaron la decisión de convocar a otros profesionales de la educación, principalmente de la Comunidad del Proyecto Multinacional de Educación Media y Superior de la Organización de Estados Americanos (PROMESUP-OEA), para compartir en este volumen sus conocimientos, experiencias y perspectivas en torno a la investigación, el diseño y la operación de proyectos relativos al estudio independiente.
Aunque ofrecimos líneas temáticas a modo de sugerencias para los autores, la convocatoria enfatizaba el intercambio de puntos de vista y experiencias sobre el tema. El resultado fue una respuesta abundante y diversa que implicó un cuidadoso análisis de los trabajos para su selección. Tal diversidad en las aportaciones rebasó nuestras expectativas al lanzar la convocatoria, y nos brindó nuevas perspectivas sobre la temática.
En nuestro espacio institucional, la Coordinación General de Investigación y Desarrollo de Modelos Educativos (IDME), es importante la confluencia y el análisis de puntos de vista diversos sobre las temáticas que investigamos, y este caso no es la excepción. Los textos recibidos fueron objeto de un análisis minucioso para su publicación y, aún cuando algunos de ellos no resultaran seleccionados, todos despertaron inquietudes y contribuyeron en la discusión interna sobre el estudio independiente.
El resultado final de la selección de trabajos nos permitió conformar y entramar aproximadamente cuatro núcleos de conocimiento sobre el tema.
En la primera parte, Eliézer de los Santos, Luis Galarza, Carmen Suárez y Octavi Roca nos ofrecen los primeros conceptos, interrogantes, significaciones estructurales y organizativas del estudio independiente, en el contexto de la educación a distancia principalmente.
La segunda parte está compuesta por la exploración de las habilidades y estrategias necesarias para el desarrollo y consolidación del estudio independiente. Las autoras Frida Diaz, Irene Muriá, Sandra Castañeda, Yolanda Argudín, María Luna y Socorro Luna ofrecen en sus aportaciones diversos recursos derivados de la psicología cognoscitiva, los modelos constructivistas y el diseño instruccional, para puntualizar la necesidad de diseñar herramientas que faciliten el proceso de autoestudio.
En la tercera parte, Cesáreo Morales, María Zúñiga y Fabio Chacón ofrecen punt
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